On the Road Again. 2013 La Nueva Era Digital.

La Edad Contemporánea es ya cosa del pasado, se agotó a finales de la década pasada y la nueva Edad Digital ha entrado en nuestras vidas de una manera sutil pero impactando directamente en todas y cada una de nuestras actividades diarias.

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Y apenas sin darnos cuenta nos encontramos ante un nuevo año, con la misma cara con la que despedimos el anterior y los últimos pasados. Ya en el recuerdo y casi en el olvido. Pero eso sí, repletos de buenas intenciones y promesas incumplidas dispuestos a afrontar el nuevo reto del 2013.

Uno de los ejercicios más habituales y retóricos que hacemos todos por estas fechas, es fijarnos objetivos para el nuevo año. Objetivos que en la mayoría de los casos olvidamos repasar o valorar de una manera crítica y constructiva a la finalización del mismo, con el fin de obtener alguna lección aprendida. Y sinceramente, creo que este ejercicio debería ser previo a fijarnos nuevos retos, que muchas veces son producto de una euforia navideña poco realista y que nos llevará, “una vez más y si el tiempo y la fuerza no lo remedian”, a la frustración y el desánimo. Pero sólo en el caso de que los queramos recordar al final del año.

Este año pasado ha sido realmente complicado en todos los aspectos, especialmente en lo referente a lo social, laboral y económico. Si se me acepta complicado como una acepción optimista de la situación. Y las proyecciones más inmediatas no nos desvelan buenos presagios para los primeros meses del recién iniciado año.

Sin embargo, esto no debe ser óbice para no fijarnos unos objetivos realistas, que nos permitan ante todo, tener una estrategia y actitud personal vital y que nos ayude a crecer más como personas y desarrollar nuestras habilidades excelentes. Esas que sobresalen en situaciones críticas, en las que luchamos contra infinitos factores externos. Con un fin primordial, afrontar con optimismo el camino de la vida y sentirnos a gusto con nosotros mismos en un entorno complejo.

La permanente sensación de insatisfacción, frustración y cansancio ante la situación de crisis prolongada, aumentada por el pesimismo, el mal humor, la desidia o el desencanto, y no nos dispone en la mejor de las situaciones para superar cualquier situación interior o exterior y afrontar el día a día con una misión personal clara. Y esto merma toda nuestra capacidad física y emocional para reaccionar y actuar libremente y con fe ciega en nosotros mismos.

El ser humano ha demostrado a lo largo de su vida y desarrollo, que ha sabido adaptarse y evolucionar en situaciones mucho más desfavorables y complejas que las actuales. Y no es menos cierto, que la situación actual afecta a una parte relativamente pequeña del total de la población mundial. Y sin embargo, un día fue la fuente y origen de la civilización moderna.

Esto me lleva a realizar una reflexión un poco más profunda, evitando quedarme en la mera especulación de la teoría económica capitalista. Quizá deberíamos profundizar más allá de los orígenes y reglas que rigen nuestros modelos de sociedad democrática actual y el modelo educativo (modelo único), basado en una formación orientada a la consecución de un trabajo cualificado y demandado socialmente, orientado a formar personas productivas para la sociedad y no a ciudadanos libres e independientes con capacidad de pensar y elegir libremente y de forma distinta, cambiar las reglas y adaptarlas a las necesidades reales de una nueva sociedad sostenible y moderna. Un cambio de modelo es un cambio estructural en su más amplia magnitud. Esto es, un cambio de era.

Cuando se definió la Edad Contemporánea como el periodo histórico comprendido entre la Revolución francesa y la actualidad, se acotó esta época en su máxima magnitud, al incluir en la definición “la actualidad” como elemento infinito en el tiempo. A lo largo de esta época, hemos vivido en “la actualidad”, en la que se han producido grandes cambios: transiciones demográficas, grandes crecimientos demográficos, aparición de nuevos países emergentes y desarrollados, la generalización del consumo, etc…elevando el nivel de vida de una mayor parte de los ciudadanos del mundo. Pero por el contrario, creando grandes desigualdades e incertidumbres a corto plazo, como el impacto medioambiental y la escasez de los recursos naturales…entre otros.

Y volvemos a “la actualidad”, en donde se nos ancló la definición de Contemporaneidad. En la que se siguen produciendo grandes cambios y cada vez a una velocidad muy superior a la que se produjeron en los siglos pasados. El tiempo se ha convertido en un factor crítico para medir, y evaluar los cambios y su impacto en esta nueva Era Digital.

Esta Era Digital, contemporánea y necesariamente sostenible, se va configurando a través de lo que se denominan Mega-Trends. O lo que es lo mismo, grandes tendencias que afectan a todos y cada uno de los componentes de este planeta, todavía llamado Tierra y que deben velar por la sostenibilidad de un modelo de sociedad global.

Viendo este escenario, al menos a mí y a título personal, no me queda duda alguna de que nos encontramos inmersos en un Nuevo Escenario. Escenario en el que se va diluyendo una vieja Era y se va dibujando una Nueva, en un proceso de transición meteórica hacia la sociedad Digital y en Red. La Edad Contemporánea es ya cosa del pasado, se agotó a finales de la década pasada y la Edad Digital ha entrado en nuestras vidas de una manera sutil pero impactando directamente en todas y cada una de nuestras actividades diarias. En esta nueva Edad Digital, “la red” se ha convertido en el eje fundamental de nuestra actividad para comunicarnos, informarnos, formarnos, desarrollarnos, trabajar, participar, …

Las Mega-Trends de la Nueva Era Digital. Grandes tendencias que cambiarán el mundo en el que vivimos.

He intentado reflejar en el cuadro siguiente, el común denominador de las Mega-Trends definidas por las distintas organizaciones, consultoras internacionales y universidades en sus estudios para el periodo 2020. Analizando el impacto de lo digital sobre cada una de ellas.

1.- Sociedad: Una sociedad que se desarrolla en Red, afectada por los cambios demográficos y nuevos patrones de movilidad

2.- Negocio: Desarrollo de nuevos ecosistemas de negocio y fuerte impacto de la economía del conocimiento

3.- Tecnología: Hacia un mundo digital interconectado con fuerte impacto y dependencia de la convergencia tecnológica

4.- Energía: Fuerte aumento de la demanda por el crecimiento de países emergentes y desarrollo de alternativas y sostenibles

5.- Ciudadanos: Fuerte aumento del envejecimiento, diversidad y globalización. Desarrollo alrededor de grandes ciudades inteligentes

6.- Medio Ambiente: Notable impacto del cambio climático y reciclado de recursos

7.- Tiempo: Gestión inteligente y eficiente del tiempo para anticiparse a situaciones imprevistas, o competir en situación global ventajosa.

Esto, que parece un breve resumen de un guion de película de ciencia ficción del futuro, es el presente inmediato. Para evaluarlo de una manera sencilla y visual, sólo bastaría con echar la vista atrás una década y vez el impacto de los cambios producidos en la sociedad actual a través del mundo de internet, por ejemplo. De todo esto y mucho mas hablaremos y reflexionaremos a lo largo de este año.

En definitiva, tras este ejercicio de recorrido por el tiempo de las cosas intangibles, la metáfora de lo digital y el espacio finito en el que nos desenvolvemos, nos queda poner en valor a “la persona”, el ser humano, a nosotros. Dejando de una vez para siempre de ser “sujeto paciente” a ser “actor libre y principal del presente”.

Buenas noches, buena suerte y mis mejores deseos para esta “Nueva Era Digital” en la que nos adentramos.

Carlos J. Ochoa Fernández ©

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La gestión del “yo” del nuevo Líder.

La contribución social y la gestión del presente.

A veces, cuando miro hacia atrás, tras más de treinta años de vida laboral ligada siempre a la ingeniería, la innovación y las nuevas tecnologías, me pregunto si ha llegado el momento de cambiar de rumbo. La contestación fluye desde mi interior de una manera natural y se plasma en la necesidad de contribuir y percibir que cuando mi contribución finalice, me podré sentir plenamente satisfecho con mi aportación a la sociedad. Y ese momento no ha llegado aún.

Me vienen a la memoria varios casos de directivos, ejecutivos y compañeros con los que he trabajado a lo largo de estos últimos años en los que “la contribución” simplemente no existía o se confundía con dedicación y esfuerzo personal. Y recuerdo también a mi primer consejero delegado en una multinacional alemana, que presumía ante los clientes de su colaborador, porque era una gran “fanático” de su trabajo y negocio. Evidentemente, el cliente me conocía personalmente y quedó un poco confundido ante aquella opinión personal que se había realizado en aquella reunión. Ante lo que me apresuré a explicar al cliente, que “el jefe” llevaba poco tiempo en España y confundía algunas palabras y lo que realmente quería decir era “apasionado”. Más tarde en la oficina, tuve la oportunidad de explicarle la diferencia en castellano entre fanático y apasionado y su trascendencia en el mundo empresarial, lo cual me agradeció efusivamente. Aquel hombre tenía un compromiso en un escenario complejo de trabajo, pero le faltaba pasión. No obstante sabía rodearse de personas que suplieran sus carencias y aportar su experiencia para contribuir a la mejora de una situación difícil.

El nuevo líder del siglo XXI ha vivido situaciones complejas, es apasionado y está abierto al cambio permanente, viendo este como un reto y una oportunidad para expandir su contribución personal. Pero en este cambio, la gestión del tiempo es un factor fundamental que vamos a considerar a continuación.

La gestión del tiempo presente es una de las capacidades a valorar y desarrollar fundamentales, tanto en la vida empresarial como en la personal. Saber vivir el presente de manera que sea adaptable a uno, evitando verse atrapado en tiempos pasados y lamentaciones sobre aquellos que jamás volverán y en la ansiedad del futuro inmediato que tanto desgasta.

Cuando nos dejamos arrastrar por el pasado o llevar por el futuro, nunca disponemos de tiempo suficiente, ya que lo que ocurre es que intentamos estar en dos lugares a la vez en distinto tiempo, lo cual es materialmente imposible y nos genera un gran estrés. Esta escisión mental interior es la que nos provoca una gran presión y fuertes tensiones. Por ello, dominar el tiempo es concentrarse y vivir el presente. Esto nos permite gestionar el tiempo eficientemente, dando de si tanto como seamos capaces de vivirlo. Llevándolo al mundo real podríamos definirlo como “obtener más haciendo menos”.

La concentración y dominio del presente, es lo que nos permite ser eficaces al poner toda la atención en lo que se está haciendo en cada momento. De manera que una vez finalizada una tarea, podemos iniciar otra nueva con la misma intensidad y atención. Esto es, trabajar con inteligencia.

Obtener más haciendo menos es un estilo operativo, un credo de los nuevos empresarios o emprendedores denominados por algunos como místicos. Vivir el presente y ser consciente de ello, permite ser eficiente en la gestión del tiempo y moldearlo a nuestro antojo.

Esta concentración y conocimiento de uno mismo nos permite obtener lo mejor de cada uno y así, siendo exigente con uno, poder exigir a los demás.

A lo largo de la vida estamos escogiendo en cada momento, elegimos entre varias opciones, situaciones, decisiones, personas, etc. Pero quien realmente elige?, es nuestro yo?. A partir de aquí pueden construirse muchos “yos”, si bien, sólo uno de ellos encuentra la coherencia entre el elector y el elegido y  nos permite ser conscientes de nuestro talento y la propia experiencia de la vida. ( Dag HammarskJöld).

En el mundo real todos adoptamos personajes en función de distintas situaciones a las que nos enfrentamos a diario. El personaje, es la máscara que envuelve nuestra esencia y esta mascara se adapta a los distintos escenarios de nuestra vida. Para poder sacar lo mejor de una persona, es necesario identificar claramente el personaje, esto es, detectar la máscara tras la que se oculta la persona. Y esto es fundamental en la gestión de las personas, tanto a nivel de colaboradores de una empresa, como en las relaciones con los clientes.

El nuevo líder/emprendedor del siglo XXI, tiene una habilidad especial para desdoblarse e identificar a la persona en esencia y al personaje. Para ello es necesario tener un profundo respeto por la esencia de la persona y poder así afrontar, clara y honestamente situaciones complejas. Ya que si ignoramos al personaje sobre la persona, esto puede llevarnos a situaciones muy peligrosas y conflictivas. Cuando decimos que nos preocupamos por las personas, realmente lo que significa es verlas y reconocerlas tal y como son, sin subestimar ni infravalorar sus defectos o la percepción de los mismos que nosotros tenemos.

Durante todos estos años he conocido muchísimas personas y personajes, y he de reconocer que la experiencia en la aplicación de estos conocimientos me ha ayudado siempre. Y si también es cierto, que uno no acaba de conocerse completamente nunca, el miedo al tiempo pasado…la ansiedad del futuro y la subestima de las personas son algunas de las barreras a las que nos enfrentamos a diario.  Pero no es menos cierto, que desde esta perspectiva de autoconocimiento y generosidad, las relaciones se facilitan en gran medida y la toma de decisiones se acelera en tiempo presente. Y sólo desde el respeto a uno mismo y el profundo conocimiento de nuestro yo, podremos acceder al conocimiento de los demás.

Carlos J. Ochoa Fernández ©

El Lider del Siglo XXI ante el «Cambio»

La espiritualidad está en el centro de nosotros mismos y no puede ser algo con lo que nos entretenemos en algunos momentos de nuestro tiempo. Está y debe estar presente en cada actividad y compartimento de nuestra vida.

Siguiendo con el tema de la Nueva Mística Empresarial, en estos días complejos, en los que las noticias nos asaltan y sobresaltan ante una posible recesión en Europa de consecuencias impredecibles, se ponen de manifiesto las distintas actitudes y formas de abordar esta situación por los distintos agentes: líderes políticos, lobbys y grupos de presión, empresarios, directivos, medios de comunicación, etc. Y realmente resulta bastante triste el panorama que se adivina, ante la falta de visión, honestidad y transparencia que transmiten, lo que les anula inmediatamente como lideres capaces de visionar un nuevo escenario de cambio real de la sociedad. Una falta de imaginación, creatividad y valor que les impide visionar un futuro distinto al actual y sólo se buscan salidas o alternativas para volver de nuevo al mismo escenario en el menor tiempo posible. Más vale malo conocido que bueno por conocer…

Cuando las personas que tienen la responsabilidad de tomar decisiones, sean estas del tipo que sean, aunque nos hablen del “cambio”, de una manera insistente, no se refieren al “CAMBIO” con mayúsculas. Esto es, un nuevo escenario con una visión ambiciosa y novedosa, capaz de afrontar los nuevos retos que esta sociedad está demandando de una manera nítida y clara y que ya está cansada de vueltas de tuerca alrededor del mismo “viejo” modelo. El cambio no puede quedarse en un cambio de personas, equipos y cosas. El CAMBIO, es una nueva forma de adaptarse a un nuevo paradigma en un mundo global y con unas estrictas reglas en la Unión Europea, pero que requiere de revisión permanente, valor y riesgo. El CAMBIO, es la rev-evolución constante y permanente, es una actitud diaria ante la vida, es cambiar la rueda del coche en marcha sin que este pare. Y si es necesario, cambiar al piloto y al copiloto tantas veces como sea necesario. Con viejas reglas y modelos que no han sido capaces de aprender de sí mismos, el cambio no existe y además es imposible. Quizás podríamos llamarlo en argot deportivo: rotación. La sociedad del siglo XXI requiere de propuestas acordes a las demandas y necesidades actuales, de la realidad actual, del presente y del futuro. Nunca de un pasado reciente.

Por ello, el autoconocimiento y la autocritica, son valores fundamentales del nuevo líder del siglo XXI. La capacidad de sorprenderse ante el nuevo conocimiento, las experiencias, la necesidad de buscar permanente la verdad y ser conscientes del que el triunfo es algo efímero. Ya que, para el nuevo líder del siglo XXI, cada nuevo proyecto es una puesta a cero del tanteador, un nuevo juego, en el que de nada sirven los triunfos anteriores y eso es ante todo un gran reto. El factor emocional es un valor diferencial importante, enfrentarse a los sentimientos de uno a la hora de tomar decisiones es clave. No es necesario ocultar los sentimientos, sino más bien todo lo contrario, pero de una manera sosegada y sin dramas. Afrontar los miedos y reconocerlos, cualquier situación de cambio nos enfrenta a estos escenarios y no por ello debe impedir la oportunidad de tomar decisiones correctas y visionarias. Asumir cambios es asumir riesgos, es enfrentarse a situaciones desconocidas, enfrentarse al miedo y a los sentimientos de uno mismo, sacando de los valores más profundos las soluciones más visionarias y sostenibles.

El autoconocimiento y la meditación permiten comprender las relaciones de las personas con su pasado, su historia, fortalezas y debilidades, aciertos y errores. De tal manera, que el líder místico del siglo XXI, no se deja llevar por la vanidad ni la gloria efímera, de manera que la forma de afrontar el nuevo presente y el futuro inmediato lo afrontan como un nuevo reto, una nueva situación, nunca afectada por el pasado, aunque este fuera triunfal.

El autoconocimiento necesita de feedback para retroalimentarse y mejorar constantemente. Para ello el líder del siglo XXI, debe estar abierto a la crítica de una forma honesta y sincera, valorando y  respetando las fuentes de esta. En este punto, me vienen a la mente varios casos vividos en distintas empresas.

En una primera, recuerdo como se puso en marcha un proyecto de Innovación que afectaba a toda la compañía. Se explicó a todos los empleados lo importante que era este proyecto, sus características, la metodología de trabajo y se abrió un buzón de Innovación con el fin de recoger las distintas propuestas que cada uno, bien a título individual o en grupo, quisieran proponer.  Al finalizar el periodo de consulta, se crearía un equipo de Innovación que valoraría las propuestas y se daría un premio al ganador, así como la responsabilidad de poner en marcha su proyecto. A lo largo de este periodo, un gerente fue revisando las propuestas de buzón y criticándolas una y otra vez, desacreditando a las personas que se habían comprometido con la idea. Al final, el personal se desmotivó y prefirió desentenderse del programa de Innovación. Cuando desde la dirección de una empresa no se ejerce un liderazgo natural y solo se ejerce la jefatura, los resultados siempre son los mismos.

Por otro lado, en una gran empresa multinacional, se creó un equipo de mejora con el fin de afrontar una difícil situación de futuro y resultados. Aquel proyecto lanzado desde la dirección, pretendía que desde todas las aéreas se identificaran puntos de mejora de cada una de ellas y de las demás. Aquel proyecto nació con una gran motivación y espíritu de autocritica muy elevado, siendo el resultado espectacular. Cada uno había realizado un ejercicio de autocritica tal que les llevaba a identificar los puntos de mejora propios, como los más fuertes valorados por el resto y viceversa. Al no haber afán de competición, estar abiertos a la crítica y ser más exigentes cada uno consigo mismo que el resto, permitió obtener unos resultados muy exigentes y excelentes.

El talento es algo innato en el nuevo líder, así como la capacidad de auto gestionarse y gestionar a las personas y las situaciones. Hoy, desde mi punto de vista, se requiere más que nunca de este tipo de personas, con valores, sentimientos, fortalezas y debilidades, pero ante todo líderes visionarios con capacidad de buscar nuevas vías más sostenibles para la nueva sociedad del siglo XXI.

Carlos J. Ochoa Fernández ©

Trabajar con el alma y el corazón

El trabajo puede proporcionar la oportunidad de crecer, no sólo económicamente, sino también espiritual y personalmente. En caso contrario, estaremos perdiendo una parte demasiado importante de nuestra vida. (James Autry).

Vivimos tiempos difíciles y complejos para hacer aseveraciones como esta, pero quizá sea hoy más necesario que nunca realizar una profunda reflexión sobre el estilo de liderazgo y dirección actual, fracasado y trasnochado y profundizar en los valores espirituales del ser humano y el desarrollo del mismo desde la perspectiva emprendedora.

En el capitulo anterior referente a la Nueva Mística Empresarial, nos habíamos quedado en identificar lo que podrían ser los valores o características que más valoraríamos en un emprendedor o empresario místico. Destacando entre otros: integridad, honestidad, justicia, autoconocimiento, contribución social, espiritualidad, saber extraer lo mejor de uno mismo, abierto al cambio permanente, sentido del humor, visión global, concentración, autodisciplina, equilibrio, intuición.

Hoy vamos a introducirnos por este camino de reflexión, del que soy un místico realista  convencido.

La evolución, ahora llamada rotación por algunos, en los cargos directivos de las empresas, va ligada a los distintos ciclos de vida de las mismas y en tiempos de crisis, priman los perfiles financieros y en tiempos de bonanza, los creativos, arriesgados y comerciales. Y esto resta muchas veces oportunidades reales para salir de situaciones de crisis a las empresas y anticiparse a situaciones de futuro y liderazgo.

Cuando hablamos de un emprendedor místico, imaginamos una persona visionaria y que está en constante ebullición de ideas. Y ante esta ebullición, debe someter a su mente a procesos de simulación complejos para visualizar la oportunidad de continuidad de esas ideas y ponerlas en marcha, aparcarlas momentáneamente o encerrarlas en un baúl de futuros proyectos imprevisibles. Y ante esta situación, la cantidad de ocasiones que se les presentan para equivocarse son innumerables y muy superior a la media de los mortales.

Pero evidentemente, un rasgo fundamental en ellos es la integridad. Lo que garantiza que estas decisiones se toman desde una perspectiva sana, equilibrada, integra, en donde los valores de la persona están por encima de las cosas. Por ello, ante una situación de toma de decisiones, el mejor escenario es decir la verdad y con coherencia y equilibrio. Y decir la verdad significa ser íntegros y honestos entre lo que pensamos, decimos y hacemos, evitando discursos distintos dependiendo a quien nos dirijamos y en el contexto que lo hagamos. De esta manera se está en una posición de equilibrio y en disposición de tomar decisiones difíciles, independientemente de su trascendencia. La manipulación emocional, es una de las mayores lacras de los empresarios actuales y esta actitud, rompe la regla de integridad e integración en la empresa.  Lo que acaba siendo un talón de Aquiles irreparable en las organizaciones, al crear una brecha insalvable entre directivos y empleados.

¿Cómo se demuestra el respeto?. Con la integridad del mensaje que comunicamos. Bob Galvin.

En momentos de tensión es cuando se ve la talla real de las personas. Pero también en el día a día, en la forma de comportarse, de liderar y dirigir a las personas y visionar los negocios, en las relaciones con los clientes, los proveedores, etc. Y actuar conforme a lo que se dice, lo que se piensa, es una muestra de coherencia e integridad y en definitiva, marca lo que es una persona justa. A todos nos gusta que se nos trate con justicia y sentirnos a gusto a la hora de tomar decisiones, por complejas y difíciles que estas sean. Ya que el principio de la justicia es universal.

El conocimiento es el principal valor del ser humano. Desde que nace está aprendiendo y en el momento que deja de aprender, comienza a morir. Se muere espiritual y físicamente. Este proceso es el que lleva a muchas personas a la incapacidad de abordar nuevos retos, encontrar trabajo o adaptarse al cambio en cualquier situación. Aprender es estar vivo y por tanto una necesidad vital. Por ello, el emprendedor místico está permanentemente envuelto en un proceso de aprendizaje continuo y de ayuda al aprendizaje de los demás. El intercambio de conocimiento, experiencias, vivencias y saber, enriquece a las personas y nos ayuda a conocernos a nosotros mismos. Este proceso finaliza el día que morimos.

Lo que cuenta es lo que se aprende después de saberlo todo. John Wooden.

continuará…

Carlos J. Ochoa Fernández ©

ESPACIO Y TIEMPO (…juegan al ajedrez…)

Pasa el tiempo y apenas pasa nada. Que inventen ellos…todo volverá a su sitio…el tiempo lo pone todo en su lugar…y frases retóricas que se repiten una y otra vez, sin sentido. Apoyadas en el desconocimiento de las leyes de la física, de los descubrimientos y aportaciones del genial Einstein y su teoría de la relatividad, el mayor descubrimiento de la historia de la humanidad, quizás y del sentido común.

Si, porque el tiempo…es relativo y el espacio, si bien es infinito, no es el mismo para todos. Pero la velocidad, es la que marca la diferencia y es el paradigma en este espacio de cuatro dimensiones en el que nos movemos todos los días.

Mi espíritu de Geómetra me atrapa en los pensamientos de la geometría esférica y a veces me obsesiona, de tal manera que necesito georeferenciar todo y tener una visión global de las cosas, entender el porque y el para qué…y el cuando.

El tiempo relativo es distinto para cada uno de nosotros, pero el tiempo absoluto depende de nuestra posición en el espacio. Y la velocidad?. Si, la velocidad es la que marca la clave y nos da la percepción tridimensional del Universo. Pero, si la velocidad mayor posible es la de la luz?, es posible atravesar espacios infinitos?.

Cuantas veces, cuando nos ponemos a pensar en el futuro, nos dejamos llevar por pensamientos que nos llevan la mirada hacia el cielo y nos fijamos en el inmenso universo, océano de planetas y estrellas de las que apenas conocemos unos pocos nombres?…y no somos conscientes, que el espacio que vislumbramos corresponde al pasado?. Si, cierto, a pesar de la velocidad de la luz, ni los planetas más próximos, cuando los vemos con nuestros ojos representan el estado ni la situación actual. Estuvieron allí hace horas, días…años o millones de años. Tantos que quizás hoy ya, el cielo real fuera otro. La velocidad de la luz nos permite ver el pasado, pero la imaginación nos permite transformar el presente en aquello que quizás mas deseamos.

La sociedad actual y gran parte, la inmensa mayoría me atrevería a decir, de los analistas proyectan el futuro a partir del análisis exhaustivo del pasado, entendiendo que el espacio y el tiempo eran los mismos en otro tiempo y por supuesto la velocidad, no la consideran en modo alguno. Por ello, la probabilidad de éxito en sus vaticinios es casi nula.

No digo que haya que ser un experto en física quántica, ni conocer al dedillo las teoría de la relatividad, pero sí al menos, conocer los factores, todos, que inciden en el análisis de situaciones, así como sus indicadores y relaciones entre si.

Si nos referimos a un espacio concreto, nuestro planeta y en una sociedad desarrollada y moderna, vemos que desde el punto de vista físico, el espacio es el mismo y el tiempo se acepta que así lo es. Pero la velocidad de desarrollo de unas sociedades es mayor que la de otras, y eso marca unas diferencias enormes entre comunidades, en teoría sin barreras por la capacidad de acceso a las comunicaciones. Pero esto es sólo una teoría que dista mucho de la realidad que constatamos a diario.

La evolución del ser humano y por ende de la sociedad, debe permitirnos utilizar la velocidad para avanzar y no para mirar atrás. Y en este avance, intentar buscar formulas para que las desigualdades producidas por el espacio y el tiempo, las ajuste la velocidad.

El desarrollo tecnológico y la innovación ha permitido avances increíbles que han permitido a esta sociedad avanzar a nivel global de una manera inimaginable hace menos de un siglo. Si somos capaces de avanzar corrigiendo los desfases en el espacio, minimizando el tiempo, sólo con un cambio de velocidad estaremos en disposición de afrontar un futuro mejor.

PD. Espacio y Tiempo…juegan al ajedrez. La Física es un placer. (Antonio Vega. Poeta)

Buenos días, buena suerte.

Carlos J. Ochoa Fenández (c)