Millennials VS Generación Z

A lo largo de mi vida profesional, he trabajado en varias  empresas multinacionales, nacionales y he desarrollado mi propio proyecto emprendedor. He tenido la oportunidad de conocer y compartir mi trabajo con cientos de profesionales de muy distinta competencia y procedencia. Generaciones de mujeres y hombres de muy diversa formación y vocación, pero casi siempre aportando un alto valor al proyecto empresarial o personal. En más de 35 años de profesión, creo que he conocido casi todo el “abcdario” de denominaciones generacionales y en todas había un común denominador: ilusión por descubrir cosas nuevas. Después se desarrollaba la imaginación, la creatividad, el trabajo en equipo y otras habilidades requeridas para el desempeño profesional. El sentido de la responsabilidad y el compromiso con el proyecto, hacerlo tuyo y vivirlo con pasión son algunas de las claves del éxito profesional; independientemente de la generación a la que se pertenezca.

Pero entrando de lleno en el asunto,  Millennials VS Generación Z, creo que es un tema apasionante y que es necesario profundizar un poco en él para poder entender comportamientos y actitudes de este nuevo entorno social y laboral. Para muchos mortales,  estas generaciones se confunden o no se encuentran grandes diferencias entre ellas, pero si las hay. Y estas marcan algunas formas de entender actitudes ante la vida, comportamientos sociales, etc.

La generación de los Millennials, quizás la más conocida de forma general,  la forman aquellos que nacieron entre 1975 y 1995 (esto es, tienen entre 20 a 40 años). Mientras que los pertenecientes a la Generación Z nacieron  entre los años 1995 y 2015 (luego tienen menos de 20 años).

Los Millennials se desarrollaron en pleno boom tecnológico y de la tendencia multipantalla, ordenador personal y Smartphone. Mientras que la Generación Z emplea habitualmente varios dispositivos, Tablet, Smartphones, Laptop, Gadgets…interconectados, es una generación netamente visual. Más creativa y orientada a generar sus propios contenidos, mientras que los Millennials son más de compartir. Una generación más utópica que la Z, más focalizada en el propio éxito personal. Son generaciones muy autodidactas, para los que en un alto porcentaje, internet es la meca del conocimiento y los tutoriales gratuitos son el «MIT» del saber. Suelen trabajar en espacios compartidos y siempre conectados. Muy autosuficientes y creativos, ambiciosos en lo personal y preocupados por el impacto que tiene su actuación en el planeta. Acostumbrados a buscarse la vida de forma inmediata y buscar respuestas en la red, siendo una gran mayoría los que desean que su vida laboral esté relacionada con sus pasiones y hobbies actuales. Son emprendedores y tienen una difícil relación con sus jefes, el trato con la autoridad no suelen aceptarlo, ya que aspiran a ser sus propios jefes.

Un estudio reciente publicado por Ricoh revela que más de la mitad de los empleados piensa que las organizaciones no logran cubrir las necesidades de las distintas generaciones. Según este informe, el 65% de los encuestados reconoce que existen diferencias fundamentales en la forma de trabajar. Por eso, concluye, se avecina un choque generacional, sobre todo con la incorporación de la Generación Z al mercado laboral.

Las diferencias entre generaciones han existido siempre, al igual que los conflictos generacionales. Si bien hoy están muy marcadas y esto tiene su incidencia en las empresass. La generación Baby Boomer, tenía como objetivo mantener el puesto de trabajo en una gran empresa, desarrollando la carrera profesional por muchos años en la misma. Había un gran sentido de pertenencia y los empleados tenían más aguante ante situaciones complejas o conflictivas. Por otro lado, los Millenials, nacieron y viven rodeados de tecnología y en un permanente cambio de paradigma. Son curiosos y mucho más colaborativos y abiertos al intercambio social, por lo que la motivación en el trabajo hacia cosas nuevas, les hace ser más inquietos en la movilidad y búsqueda de nuevas oportunidades. Los Baby Boomers buscaban la seguridad, los Millenials buscan la experiencia y no temen ‘perder’ el trabajo» y en el medio aparece la Generación X, que son los del medio y tienen un poco de las dos. Tienen entre los 35 y 50 años, y son los que generalmente están manejando las empresas y tienen que liderar el trabajo en equipo de todas estas generaciones.

La gestión del talento en una organización moderna, es una de las piezas claves para poder desarrollar un proyecto empresarial con éxito. Si a la combinación multigeneracional añadimos la multicultural e interdisciplinar, tenemos ante nosotros un auténtico reto. Esto es en resumen el escenario de una nueva empresa global en red y en transformación permanente.

Según el Fortune 500, la lista de empresas selectas se ha renovado en la última década con la entrada de nuevos jugadores. Debido fundamentalmente al desarrollo de las economías emergentes y la creación de nuevas empresas basadas en nuevos modelos de negocio. Las empresas más antiguas que no se adaptaron a un mundo cambiante, han sido adquiridas, fusionadas, reestructuradas o aniquiladas. Las nuevas empresas entienden que necesitan un propósito claro y significativo y una misión innovadora si quieren atraer y retener talento, empleados competentes, clientes y socios.

Youth Friends Friendship Technology Together Concept

Cada vez es mayor el número de empresas que creen que el desarrollo de sus negocios debe crear valor económico y social. La escasez de recursos y la concienciación y sensibilización sobre el uso eficiente de activos está impulsando el crecimiento de la «economía compartida», En la educación y en la formación, se están produciendo nuevas iniciativas como Khan Academy, Dreambox Learning o Coursera, que ya están cambiando la forma en la que los estudiantes aprenden. Por otro lado, la emergencia de empresas como Uber, Airbnb y Netflix estan cambiado drástica y permanentemente sus respectivas industrias. Y estas empresas, deben mucho de su éxito al ingenio y al consumo millennial.

Los millennials ahora componen 1/3 de la mano de obra americana. A diferencia de las generaciones anteriores que entraron en el mundo laboral asimilando sus formas, los millennials están haciendo que los compañeros de trabajo de generaciones previas, cambien sus actitudes hacia las suyas. Este cambio se debe en parte al hecho de que algunas cosas, como los avances tecnológicos que permiten a un empleado trabajar en casa, tener un mayor grado de libertad y ser más productivos, son valorados por los millennials  y aceptados por las nuevas empresas más modernas y con estructuras más planas y menos rígidas. Múltiples estudios han comprobado que la flexibilidad de trabajar desde cualquier lugar hace que los empleados no sólo sean más felices, sino también más productivos.

Los modelos alternativos de financiación, como el crowdfunding, se están imponiendo como una oportunidad para emprender y minimizar los riesgos. Así mismo permiten recaudar fondos para el emprendimiento desde una perspectiva colaborativa y participativa, transformando ideas en nuevos productos. Algo muy común entre las Start-Ups actuales.

Así mismo, el trueque se está imponiendo como una parte integral de la economía. La economía informal está creciendo cada vez más evolucionando para ser aceptada y «medida» como parte de la economía real en muchas partes del mundo. La automatización, la inteligencia artificial y la robótica están sustituyendo cada vez más mano de obra cualificada. Profesionales de distintos sectores de la industria se enfrentan a una situación jamás imaginada. Hace años pensábamos que la tecnología y la automatización de procesos darían como conclusión a la economía del ocio. Y sin embargo lo que se está produciendo es todo lo contrario.

El patrimonio cultural se consolida como fuente de riqueza y reinvención de nuevas profesiones artesanales. Esta vez sí, gracias a la tecnología y el al auge de la impresión en 3D y otras técnicas de fabricación de bajo coste, han llevado a la aparición de centros locales de diseño y fabricación, en donde comunidades artesanales comparten estos recursos de producción.

Randstad, conjuntamente con Millennial Branding y Morar Consulting llevaron a cabo una encuesta entre más de 4.000 trabajadores en 10 mercados globales entre el 22 de junio y el 11 de julio de este año, para descubrir cómo los trabajadores Millennials y Gen Z  difieren en sus perspectivas profesionales.

Cuando se preguntó a los encuestados sobre los rasgos clave de un buen líder, citaron honestidad, comunicación, facilidad de acercamiento, confianza y la voluntad de ser solidarios. Entre los trabajadores de la Gen Z, casi el 84% dijo que ellos mismos aspiraban a ser líderes, mientras que el 79% de los Millennials dijo lo mismo. Alrededor del 60% de los dos grupos dijeron que sus aspiraciones de liderazgo estaban dentro de su empresa actual.

Y mientras tanto, seguimos dando vueltas y caminando en busca de nuestro destino…

Carlos J. Ochoa Fernández ©

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La Nueva Mistica Empresarial

Hace ya algunos años, cayó en mis manos un libro realmente magnifico, que como por arte de magia volvió a aparecer una década después y procedí a su relectura. La Nueva Mística Empresarial, un libro visionario, con planteamientos serios y profundos sobre lo que serían los nuevos líderes empresariales del siglo XXI, aportando una perspectiva provocadora pero basada en una dilatada experiencia de sus autores. La realidad actual nos traslada a un escenario muy distinto al que se proponía por los autores, pero no por ello, desde mi punto de vista, dejan de tener sentido sus planteamientos y reflexiones. Más bien todo lo contrario.

El trabajo puede proporcionar la oportunidad de crecer, no sólo en lo económico, sino también espiritual y personal. En caso contrario, con él estaremos perdiendo una parte demasiado importante de nuestra vida. James Autry.

Desde esta perspectiva y una seria reflexión interior sobre lo que somos y lo que queremos ser, se plantea un ejercicio de autenticidad personal, y no perder la conexión espiritual que mantenemos en la juventud. Manteniendo los valores básicos intactos y luchando por aquello que realmente nos hace felices.

A lo largo de los años, vamos desarrollando nuestra carrera profesional de distintas maneras. Algunos, acomodándose a las distintas situaciones en las que se van encontrando en su desarrollo, otros lidiando con fusiones, adquisiciones y ventas, otros a través de headhunters pasando de una compañía a otra sin dejar huella, y algunos otros simplemente por motivación y mejora económica y social. Pero pocos, muy pocos, siguen la línea trazada desde la visión y proyección que tenían a la finalización de sus estudios, desde una autentica vocación y visión humanistica. Y esto define de alguna manera a los líderes y dirigentes de las organizaciones y empresas de la actualidad.

A veces pienso, y me afianzo cada vez más en ello, en que nos encontramos en un momento de necesidad de llevar a cabo un profundo cambio del modelo económico y social. Esta crisis global, que venía anunciada desde hace más de una década y que fue camuflada como buenamente se pudo por los distintos agentes, postergando su afloramiento hasta el 2007, requiere de una salida más compleja y seria que el mero reajuste financiero. No puede seguir basandose en el viejo principio del crecimiento, ya que este, sin sostenibilidad es inviable. Por ello, es necesario que se produzcan transformaciones y cambios profundos en la sociedad, de lo contrario habremos puesto un nuevo parche, que volverá a reventar en poco tiempo y quizás de forma mucho más violenta.

Transformaciones y cambios profundos, que deben venir en primer lugar desde las personas, los líderes, empresarios, emprendedores, empleados, en definitiva, los ciudadanos, con una nueva ética, espíritu social, integridad y respeto. Definiendo un nuevo paradigma de sostenibilidad en todos y cada uno de los aspectos del desarrollo.

Pero en lo que respecta al mundo empresarial, objeto principal de este articulo, el cambio debe ser mucho más profundo aún y de forma muy particular en nuestro país.

Nos encontramos en un momento en el que están  desapareciendo muchos pequeños negocios, pequeñas empresas, autónomos, en definitiva, se sigue destruyendo empleo en los pilares básicos de nuestra sociedad. Y no podemos pensar, en simplemente relanzar estas empresas o negocios, hay que hacerlo de una manera diferente, más sólida, más innovadora y con visión clara y definida de futuro. De lo contrario, volveremos a caer en nuevos envites. Esta crisis está golpeando el sector de las pymes en  nuestro país de una manera muy superior al resto de Europa y eso nos debe llevar a una reflexión más profunda.

A lo largo de mi dilatada vida profesional, he tenido la oportunidad de conocer y trabajar con todo tipo de personas, empleados, jefes, directores, políticos y desgraciadamente he encontrado con muy pocos líderes misticos. Y por supuesto, no tuve la oportunidad de encontrarme en el camino a ningún Visionario Místico. O quizás sí, un viejo profesor Hindú, asesor de los expresidentes  Clinton y Gorbachov, con el que tuve la oportunidad de compartir un té y escuchar su visión del mundo a lo largo de una dilatada noche en el Escorial. Era una persona sabia y mística.

Volviendo al hilo de la cuestión, si hacemos una breve reflexión de cuáles serían los valores o características que más valoraríamos en un emprendedor o empresario místico, seguro que identificaríamos de común acuerdo, entre otros: integridad, honestidad, justicia, autoconocimiento, contribución social, espiritualidad, saber extraer lo mejor de uno mismo, abierto al cambio permanente, sentido del humor, visión global, concentración, autodisciplina, equilibrio, intuición.

Y si ahora miramos a nuestro alrededor e intentamos identificar alguna persona conocida que cumpla al menos con, digamos, el 50% de estas características?. El panorama es desolador y la transformación necesaria será larga pero urgente y necesaria.

El cambio es necesario ya. Hay que impulsar desde los distintos ámbitos profesionales, docentes y empresariales un nuevo espíritu emprendedor que cale profundamente en la sociedad, entendiendo que es la única vía de desarrollo y avance para la creación de empleo estable y con futuro. Hacer llegar e inculcar estos nuevos valores de integridad, honestidad, justicia, etc…en la juventud, ilusionarles y potenciarles para sacar lo mejor de ellos y facilitarles al acceso al conocimiento y desarrollo empresarial. Emprendiendo proyectos innovadores y sostenibles que permitan la generación de empleo cualificado y alto valor, competitivo a nivel internacional.

Continuará…

Buenos días y buena suerte.

Carlos J. Ochoa Fernández ©